“Queremos estudios científicos, no sólo técnicos […] queremos aprender y hacer ciencia y tecnología para ganar la única competencia que vale la pena: la de la vida contra la muerte”.1 Estas son palabras expresadas por el SupGaleano, del EZLN, en diciembre de 2016 en el texto “Algunas primeras preguntas a las ciencias y sus conciencias”, en el que enlista varias preguntas planteadas por las bases zapatistas a la comunidad científica.
Independientemente de las preguntas y respuestas en aquel momento, el ejemplo vale para posicionar a la ciencia como un eje fundamental en cualquier discusión en torno a la soberanía alimentaria. La ciencia colocada en toda su complejidad: ciencia entendida como conocimiento, legítimo, legitimado, construido con cautela, pero también como toda creación humana, sujeta a sesgos, a interpretaciones, a luchas de poder; ciencia como una forma de preguntarse auténticamente sobre las cosas, como una actitud, así como también una construcción social de larga trayectoria, con sus instituciones, sus sujetos y roles; ciencia como algo que nos pertenece a todos, pero en la que su misma condición de posibilidad implica un rigor y una especialización que en ocasiones la vuelven difícil de entender y que requiere mediaciones para su acceso.
¿Y por qué es importante hablar de ciencia al hablar de soberanía alimentaria? Porque esa soberanía en el siglo xxi no puede trazarse al margen del conjunto de naciones sino en diálogo, un diálogo que puede en ocasiones tomar forma de resistencia.
Dos ejemplos. Si una característica de la soberanía alimentaria es resistir la dependencia en materia de provisión de alimentos, esto implica ser capaces de producir los alimentos, con las mejores tecnologías, en donde mejores implica ser compatible con los ecosistemas, con los sistemas alimentarios locales y hacerlo en clave de sostenibilidad y de diversidad, para lo cual es menester no solamente saber cuáles son las mejores tecnologías sino ser capaces de participar en el desarrollo tecnológico de éstas; implica saber también cómo funcionan estos ecosistemas, que no siempre se circunscriben a delimitaciones nacionales, y que se ven afectados por problemáticas globales, e implica tanto saber reconocer efectos como participar en el desvelamiento de las causas de estas mismas problemáticas.
Por otro lado, la soberanía alimentaria implica reconocer el conocimiento tradicional, pero no por su carácter tradicional sino por su factibilidad y su capacidad de ser una opción ante los retos que plantea el futuro —escasez de agua, sobrepoblación, cambio climático—, para lo cual es inminente cuestionar este conocimiento, ponerlo a prueba, contrastarlo con otras experiencias, rectificarlo y volver a ponerlo en juego en un contexto cambiante, sabiendo no únicamente los cómo sino también los porqué, implica saber por qué sabemos.
La soberanía alimentaria depende de una ciencia que no debe construirse en lógica nacionalista, pero que para participar implica que todas las naciones inviertan, desarrollen, capaciten una capacidad científica y tecnológica propia que les permita “jugar” en igualdad de circunstancias. Como dice el SubGaleano en un texto subsecuente: “El reto que nos hemos propuesto afrontar como zapatistas que somos [y como mexicanos, añado yo] necesita herramientas que, lamento si desilusiono a más de una, uno, sólo nos pueden proporcionar las ‘ciencias científicas’, que es como el Subcomandante Insurgente Moisés denomina a las ciencias ‘que sí son ciencias’, a diferencia de las ciencias que no lo son”.2
Escucha algunas sesiones del Café Scientifique que se relacionan con la soberanía alimentaria:
https://cultura.iteso.mx/web/general/detalle?group_id=1000266; https://cultura.iteso.mx/web/general/detalle?group_id=190976; https://cultura.iteso.mx/web/general/detalle?group_id=191650; https://cultura.iteso.mx/web/general/detalle?group_id=192107; https://cultura.iteso.mx/web/general/detalle?group_id=194859, y https://cultura.iteso.mx/web/general/detalle?group_id=5525380
Notas
- Véase http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2016/12/26/algunas-primeras-preguntas-a-las-ciencias-y-sus-conciencias/, consultado el 24 de febrero de 2019 .
2. Véase, también, http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2016/12/27/la-culpa-es-de-la-flor/