¿Qué habrá que estudiar para tener trabajo y mantenerlo en el futuro?

¿Cuales serán los trabajos del futuro? Sobre esta pregunta se especula mucho, pero sólo sabemos que: a) una parte de los trabajos actuales desaparecerá porque serán sustituidos por “robots”, algunos de los cuales ya existen, como los cajeros automáticos, pero aparecerán muchos más; b) otra parte de los trabajos  que hoy existen se mantendrá pero cambiará una parte, más o menos importante, de sus tareas, por el efecto de innovaciones científico–técnicas muy variadas, y c) una parte importante de los trabajos del futuro no la conocemos porque no existe.

Aunque se han realizado intentos para “prever” y cuantificar estos cambios en el empleo, lo cierto es que se especula mucho al respecto, y las previsiones que se hacen soy muy dispares y presentan elevados márgenes de error. Lo único cierto en este tema es que nos debemos habituar a la incertidumbre.

Precisemos lo que sabemos: los trabajos que desaparecerán por la robotización serán, en su gran mayoría, los más rutinarios y los que menor educación requieren para desempeñarlos. Aquellas personas que verán desaparecer directamente sus trabajos o que estén en peligro serán principalmente los que estén menos calificados.

Podemos pensar que la solución a la pérdida de un empleo que desaparece puede ser la de formarse para los nuevos empleos que surgirán y que aún no conocemos. El problema, en este caso, es que las personas que ocupaban los empleos que desaparecerán están poco escolarizadas en su mayoría, y es más difícil que aprendan aquello que requerirán los nuevos empleos porque, aunque no los conocemos, sabemos que casi todos requerirán un nivel educativo superior del que disponen los que perderán el trabajo.

En consecuencia, el panorama que se nos presenta es que los que podrán acceder a los trabajos que permanezcan y a los nuevos que habrán de crearse serán quienes estén más educados y no los que pierdan su empleo poco calificado, ello por dos razones: a) por estar más educados para acceder a los trabajos que se mantendrán o se crearán, y b) al estar más educados serán más educables, serán los más capaces para aprender lo que se necesite para acceder a los nuevos empleos que se crearán.

¿Esto significa que hay que estudiar carreras tecnológicas? También, pero no únicamente; vamos a necesitar personas formadas en todos los campos y sabemos que en su mayoría no trabajarán en aquello que estudiaron, aunque sí en aquello que vayan escogiendo, dentro o fuera del ámbito temático de su formación escolar y universitaria. En realidad, no podemos dar respuestas exactas sobre la educación necesaria para los trabajos del futuro, más la de que requerirán de una preparación creciente, por lo que debemos evitar que la población permanezca en niveles inferiores a la “enseñanza obligatoria” (en México, recordémoslo, es la “prepa”).

Aquellos que superen los niveles obligatorios de escolaridad deberán continuar educándose toda la vida, y muchos deberán seguir itinerarios educativos “híbridos” (con cambios de orientación, complementos imprevisibles, etc.), según los cambios en sus motivaciones y oportunidades laborales, porque durante su escolaridad inicial no podrán aprender lo que necesitarán durante toda su vida laboral, pues constantemente tendrán que aprender cosas que aún no existen.

En definitiva: lo que es importante estudiar es aquello que nos permita continuar aprendiendo durante toda la vida.

 

Jordi Planas / Profesor emérito de la Universidad de Barcelona, especialista en estudios sobre educación y empleo