Ciencia a sorbos. Nada se mueve sin energía
Abstract
Sin necesidad de remontarnos a que la vida en sí misma implica el intercambio de
energía —respiramos iones, comemos iones—, podemos recuperar el devenir de la historia de la humanidad en función del tipo dominante de energía que hemos usado. Palas, poleas y picos movidos por la fuerza humana, carabelas y molinos impulsados por el viento, locomotoras a vapor producido por carbón, y más recientemente la energía eléctrica proveniente de combustibles fósiles.
