Del suplemento al orgullo: una reflexión protésica
Abstract
En la Antigüedad había una fuerte no-ción de completud en torno al cuerpo y las cosas. Lo que no estaba completo, lo inacabado, lo roto, lo mutilado, era imperfecto. ¿Cómo resignificar ese “en–lugar–de”? ¿Cómo hacer carne la silicona, el metal, las láminas termoplásticas? Traicionemos la esencia: la prótesis crea al cuerpo e inventa nuevas identidades; no llena vacíos, sino que instaura posibilidades. Lo que es ajeno, extraño, otro para el cuerpo y para el yo, cuestiona, precisamente, las concepciones ético–estéticas con las que tasamos a este.
