Una mirada a las distintas expresiones del comercio alternativo

La economía política solidaria es la construcción de un proyecto alternativo de sociedad en la búsqueda de la superación del modelo de producción capitalista y sus relaciones injustas en términos no solo económicos, sino también políticos e ideológicos. Se trata de la acción colectiva de personas que conscientemente participan desde una racionalidad liberadora y solidaria orientada al bienestar de todos los seres vivos, incluyendo a la Madre Tierra.1

Partiendo de estos principios, infinidad de grupos en todo el país llevan a la práctica, entre otros elementos de la economía política solidaria, el comercio solidario en el que se establece una corresponsabilidad entre productores y consumidores, en el cual el productor se responsabiliza en producir artículos o servicios de necesidad social, con calidad, cuidando el medio ambiente y la salud del consumidor pidiendo un precio justo; a su vez, el y la consumidora consciente y solidaria se comprometen a adquirir este producto o servicio, eliminando la cadena de intermediación.

Algunos ejemplos de comercio solidario:

  • Ferias del maíz: en las que se busca volver a darle la importancia a la producción y consumo del maíz criollo producido con la sabiduría acumulada por más de 9 mil años de los campesindios —como los llamara Armando Bartra—, con fertilizantes naturales en milpas o campos de policultivo, donde el uso del plástico y el unicel están prohibidos. Recordemos que “sin maíz no hay país”.2
  • Feria Internacional de Economía Solidaria de Productores y Consumidores. Por una Vida Digna y Sustentable, que este año cumplió su vigésimo aniversario. Impulsada por la Red Mexicana de Comercio Comunitario (REMECC) que acumuló 25 años de existencia, pertenecientes a la Red Internacional de Promoción de Economía Social y Solidaria (RIPES).
  • Red Socioacadémica de Economía Solidaria y Alternativas Alimentarias (RESAA), en la que organizaciones del campo y de la ciudad junto a universidades e investigadores universitarios comprometidos trabajan, en diálogo de saberes, junto a la defensa del territorio y de los bienes comunes, alternativas creativas por el Buen Vivir.3
  • Existe una red en construcción de Economía Solidaria y que aún no cuenta con nombre. Una de sus promotoras más activas es Celina Valadez.
  • Más recientemente los mercados digitales, en los que una cooperativa se encarga de recolectar los productos y cada semana envían al celular de los consumidores la lista de esos productos y su precio, ahí los consumidores los seleccionan y pasan por su canasta y realizan su pago.

NOTAS AL PIE

  1. Santiago, Jorge. Economía política solidaria. Construyendo alternativas. Ciudad de México: Eón, 2017, pp. 30, 32, 44 y 45; Valadez, Celina y Euclides Mance. El arte del Buen Vivir. Circuitos económicos solidarios. Ciudad de México: Universidad Iberoamericana, 2016, pp. 21–55, y Marañón, Boris. Definición de economía solidaria. Ciudad de México: iie–unam, mimeo, s/f.
  2. También están presentes las ferias del maguey “el árbol sagrado”, miel, café, chocolate, mezcal y nopal.
  3. Michel, Jesús Rafael. Buen Vivir y organizaciones regionales mexicanas. Miradas desde la diversidad. Tlaquepaque: retesaa/iteso/Conacyt, 2017. Disponible en: http://base.socioeco.org/docs/buenviviryorganizacionessocialesmexicanas2017.pdf

Mario Bladimir Monroy Gómez / Especialista en Comercio Justo y Economía Solidaria y director del Instituto Intercultural Ñöñho, AC, primera universidad en ofrecer en el país una Licenciatura en Economía Solidaria.