Redes de colaboración y comercio alternativo

En marzo de 2014 la Alianza Ciudadana para el Desarrollo Regional Alternativa en el sur de Jalisco (ACDRA SURJA) y el ITESO convocaron a diversas organizaciones sociales de alcance regional e instituciones académicas a iniciar un diálogo de saberes para fortalecerse a través de la reflexión compartida sobre sus contextos, sus avances, dificultades y aprendizajes, así como procurar el apoyo mutuo mediante distintas acciones colectivas. Se trata de la Red Temática de Economía Solidaria y Alternativas Alimentarias (RTESAA), con presencia en ocho estados del país.1

Una de las primeras constataciones en esta Red fue que se habían construido a lo largo del tiempo, entre otras, diversas expresiones de economía solidaria y de sus procesos de comercialización. Esa variedad de formas resultaba de las distintas circunstancias tanto internas como del entorno inmediato de cada una de sus organizaciones. Algunas son comunidades indígenas, otras rurales y algunas más están insertas en conglomerados urbanos. Es así que unas han requerido asegurar la propiedad de sus tierras y su capacidad de producción frente a las amenazas constantes de ser despojadas de ellas. Algunas han transitado décadas por procesos organizativos múltiples, lo que les permite mayor estabilidad, mientras que otras viven al día en sus primeras etapas de construcción.

En ese contexto, para salir adelante algunas se ven obligadas a participar en canales comerciales convencionales locales, nacionales e internacionales, y en esos espacios luchar por: condiciones de mayor justicia en sus precios; una distribución de mayor equidad del trabajo y sus beneficios; la valoración social y participativa de las características saludables de sus productos; bajar o eliminar márgenes de intermediación; disminuir las distancias para la entrega final de sus productos; y conformar asociaciones propositivas de consumidores. En otros sentidos, algunas de las organizaciones exploran modalidades de relación directa entre productores y consumidores en torno a mercaditos locales, integración de canastas con productos agroecológicos para el consumo solidario, compras e inversiones en común, trueques y monedas sociales, entre otras figuras.

La constatación de esta diversidad de expresiones ha hecho valorar en la RTESAA que lo importante no se encuentra en partir rígidamente de ciertas definiciones prestablecidas sobre comercio alternativo o economía solidaria, sino que en estos procesos de construcción colectiva y mediante un diálogo abierto y crítico entre pares, van apareciendo formas distintas, unas tradicionales y otras nuevas, que cuidan y promueven que la vida sea buena para todos, es decir, para las personas, las comunidades y la naturaleza.

Algunos de los aprendizajes recuperados en estos procesos apuntan a que esta vida buena no se rige por la simple relación oferta–demanda, ni por una interacción vertical en la que los productores se convierten únicamente en proveedores y se apuesta por la pasividad de los consumidores. Más bien, en estas experiencias alternativas se impulsan relaciones horizontales que implican decidir en colectivo y en grados de complejización creciente cómo será la organización entre productores y consumidores, así como compartir la búsqueda por encontrar un mejor aprovechamiento de las capacidades y recursos disponibles entre ellos y en sus propias comunidades.

Otro aprendizaje relevante se encuentra en la importancia de generar, diversificar y fortalecer distintos espacios de encuentro. Ya sean estos virtuales o presenciales, permiten conocer y compartir experiencias, hallazgos y saberes. La identificación y el reconocimiento mutuos van impulsando, desde y en cada una de las organizaciones, formas de convivencia y construcción comunitaria y sustentable. También, propician que entre ellas se renueven los motivos para perseverar en sus afanes. En estos encuentros se destaca que no es solo la lucha por la construcción de la propia organización sino de reconocer que juntas muestran una nueva identidad colectiva, nuevos modos de vivir y construir un futuro querido y compartido que hace frente a la pretensión de los grandes corporativos y sus gobiernos aliados de invisibilizarlas e imponer, como único su modo de vida, el centrado en la acumulación privada de riquezas, la fragmentación de los lazos comunitarios y la depredación del medio ambiente.

Con lo anterior, se destaca que los esfuerzos de redes como la RTESAA pueden promover la identificación, la valoración y el impulso en los planos local, regional e internacional de relaciones económicas basadas en el encuentro personal y afectivo, en el cuidado mutuo, en el trabajo colectivo y autogestionario, en la confianza, la equidad y el cuidado de la naturaleza.

NOTAS AL PIE

  1. http://rtesaa.redtematica.mx/

 

Carlos Ortiz Tirado Kelly / Académico del ITESO