Una mujer que participa en el cuidado de la casa común

Entrevista a María de Jesús González. Fundadora de la Red Cajititlán por un lago limpio

Hace 50 años el agua del lago de Cajititlán, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, era tan cristalina que se podían ver peces de diferentes tamaños. La gente iba a este lugar para lavar su ropa y aprovechaba para pescar su comida ahí. Ahora es imposible ver lo que contiene por las capas de fango que lo cubren, debido a los residuos que arrojan cerca de 17 empresas, casas habitación de los alrededores y la actividad agrícola, afirma María de Jesús con un dejo de nostalgia.

María de Jesús González es una mujer de 64 años de edad que nació en Nayarit y a quien siempre le ha interesado el cuidado del medio ambiente. Ella y su esposo Felipe Íñiguez decidieron desde hace varios años tener una vida en armonía con la naturaleza, por ello desde 2006 iniciaron la Red Cajititlán por un lago limpio (con aproximadamente 15 miembros) para salvar a este lago que proveía de alimento y sustento a los habitantes del lugar.

María nos platica acerca de la problemática que se vive en el lago de Cajititlán y cómo han trabajado para que se dé a conocer la encíclica del papa Francisco Laudato Si’ con respecto al cuidado de la casa común.

 

¿Cuál es la situación ambiental de la región?

Nos preocupa mucho cómo cada vez hay más personas enfermas por la contaminación del lago. Hay varios casos de insuficiencia renal, en niños y jóvenes, casos con problemas en vías respiratorias y con problemas en la piel. Es por distintos ámbitos, una es que hay enfermedades cada vez más serias y también está la cuestión económica. Las familias que antes vivían de la pesca ya no pueden trabajar en eso; andan viendo si trabajan en obras, de taxistas o en los tianguis. Pescadores quedan poquísimos; por un lado no hay pesca y, por otro, sabemos que el pescado que sale de ahí está contaminado, no es posible consumirlo. Ahorita hay dos chicos que están en lista de trasplante de riñones.

 

¿Cómo ha sido el involucramiento de las mujeres?

Cada vez salen más las mujeres. Hasta hace unos años nos costaba trabajo, casi no salían. El primer intento que tuvimos como Red fue movernos nosotros, pero últimamente las mujeres han ido despertando, animándose a hacer otras cosas. El proceso de las mujeres ha sido lento y con muchísimas trabas en su hogar. En la limpieza del pueblo, por ejemplo, nos propusimos ir cada semana a juntar los plásticos del turismo, van más señoras mayores que hombres.

 

¿Cómo conocieron la encíclica?

Tenemos un párroco que nos preguntó qué tema estaría bueno estudiar ese año (2016), le dijimos que acababa de salir una encíclica muy buena del papa Francisco sobre el cuidado de la Tierra. Al otro fin de semana se fue a Guadalajara a comprar 30 libros y nos dio uno por barrio, a los de liturgia, a los jóvenes, a ministros de eucaristía y las catequistas.

A mí me tocó trabajar este tema con los 15 barrios que hay. Semanalmente nos reunimos y vemos el tema que se va a dar con las evangelizadoras y coordinadoras de barrio. Luego se van por todo el pueblo y se juntan de 10 a 15 personas en los barrios y se ponían un compromiso, por ejemplo, no usar bolsas de plástico. Estudiamos todo el año pasado la encíclica.

 

¿Cómo ha impactado la encíclica en la gente?

Yo digo que sí ha inspirado mucho a la gente, me dicen: mira doña Chuy, con lo que nos dice el papa, esto es parte de la creación (la naturaleza), no son elementos o recursos para aprovechar, sino son hermanos nuestros. Esto es el espíritu de la encíclica, que veamos a la naturaleza como hermana. Las señoras son muy sencillas en su reflexión, dicen: Nosotros no queremos dañar a un hermano nuestro.

Aquí en el pueblo no es difícil vivir muchas de las cosas que nos dice el papa, porque muchas cosas se viven de manera natural. La gente es muy limpia. Se la van apropiando (la encíclica). Yo te quería leer esta parte, todo lo que dice aquí (en la encíclica) lo hacen, fíjate: evitar el uso de material plástico y de papel, les insisto que usen bolsa de tela y lo hacen; reducir el consumo de agua; separar los residuos, muchas ya separan; cocinar solo lo que razonablemente se podrá comer, lo que cada día, no acumular; tratar con cuidado a los seres vivos; utilizar vehículo entre varias personas, aquí la gran mayoría va a Guadalajara en trasporte público; plantar árboles, les gusta mucho plantar árboles y muchas cosas así.

 

¿Qué compromisos pide la Laudato Si’ a los creyentes?

Se va a lo grande el papa, porque es una encíclica que está hecha para todo mundo. Por ejemplo, a los grandes contaminadores les dice que utilicen energías reciclables y limpias. A las grandes empresas de trasgénicos dice que con esa nueva forma de hacer agricultura están desechando las semillas nativas, junto con ello las grandes poblaciones. El papa trata de darnos a todos un mensaje y a las autoridades también, dice que como estamos ahorita llevando el planeta descartamos a los más pobres, son los más afectados. También menciona que las comunidades indígenas y campesinas que más han cuidado el medio ambiente son las más afectadas.

El papa es muy claro. Denuncia y les dice a quienes tienen que cambiar sus métodos de producción, de trabajo, de acumulación. Trata de abarcarlos a todos en su enseñanza. El llamado último es muy ambicioso, pero es que tratemos de cambiar nuestro estilo de vida. El papa nos invita a una conversión ecológica.

* La misión social de la Red Cajititlán por un lago limpio es que la gente tenga conciencia por su lago; trabaja con ecotecnias, como estufas solares, baños secos y humedales, para así ayudar al saneamiento del lago, además de sensibilizar a las personas en los cinco poblados (Cajititlán, Cuexcomatitlán, San Miguel, San Lucas y San Juan) sobre la problemática. Se trabaja en temas de educación ambiental; los primeros temas fueron con niños en las escuelas primarias y ahora con líderes ambientales.

Contacto: redlagocajititlan@gmail.com

 

Graciela Larios / Periodista y comunicadora pública