En junio de 2015 apareció la encíclica Laudato Si’. Sobre el cuidado de la casa común; en ella el papa Francisco da cuenta de la profunda crisis que vive nuestro planeta y nos dice: “No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio–ambiental”. Señala la urgente necesidad de corregir el rumbo para cuidar nuestra casa y nuestras vidas debido a que “nunca hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los últimos dos siglos, estas situaciones provocan el gemido de la hermana tierra, que se une al gemido de los abandonados del mundo, con un clamor que nos reclama otro rumbo”.
A dos años de la aparición de Laudato Si’, este número de Clavigero, a cargo del Centro de Investigación y Formación Social, presenta múltiples acercamientos a la encíclica desde diferentes perspectivas. La entrevista de Daniela Martin a Óscar Rodríguez, SJ, muestra las articulaciones entre la cosmovisión indígena, las estrategias sustentables, la economía solidaria y las propuestas de Laudato Si’ en la realidad concreta de Chiapas. El texto de Graciela Larios ilustra la relevancia de la participación de las mujeres en el cuidado de la casa común, a través del testimonio de María de Jesús González, de la Red en Defensa del Lago de Cajititlán en Jalisco. Jesús González Valencia, en su colaboración, nos narra los esfuerzos de la Diócesis de Ciudad Guzmán por incorporar en su trabajo pastoral los contenidos de la encíclica y los esperanzadores avances en esta paciente labor. El artículo de Jaime Morales Hernández nos recuerda desde el marco que propone la Laudato Si’ la necesidad de ir construyendo agriculturas que nos alimenten a todos y ayuden a cuidar nuestra casa común. El texto de Carlos Ortiz Tirado nos invita a leer y releer la encíclica desde una postura freireana, mientras que Mario López Ramírez y Ana Sofía Macías Ascanio nos presentan una infografía de la dolorosa realidad socio–ambiental en Latinoamérica, de donde proviene el papa Francisco. La columna de Maya Viesca reflexiona sobre las relaciones entre las ciencias y los contenidos de la encíclica, y Enrique Luengo nos ofrece una breve semblanza de Teilhard de Chardin, el jesuita que integró las dimensiones naturales, físicas y religiosas en torno a un visionario análisis de la naturaleza y el universo.
El suplemento busca acompañar y fortalecer nuestro compromiso cotidiano con el cuidado de nuestra casa común; es también una invitación a vivir plenamente la Laudato Si’ cuando nos señala que “En el cuidado de nuestra casa común debemos pensar las generaciones futuras, y entramos en otra lógica, la del don gratuito que recibimos y comunicamos. No estamos hablando de una actitud opcional, sino de una cuestión básica de justicia, ya que la tierra que recibimos pertenece también a los que vendrán, es un préstamo que cada generación recibe y debe trasmitir a la generación siguiente”.
Jaime Morales Hernández / Coordinador del número