¿Es posible otra educación?

El debate sobre la educación se centra en la forma como la reforma educativa neoliberal viola derechos de los maestros y encubre la privatización de la educación pública, pero se discute poco sobre cómo el neoliberalismo carcome los principios de la educación e impone formas de comprender la realidad que convienen a los más pudientes.

Los defensores de este modelo económico alegan que no solo impulsa el desarrollo científico–tecnológico, la libertad y la democracia, sino que “los globaliza”. Sus fallas son “solo casos aislados” o se deben a “errores en su aplicación”. Según ellos, este es “el mejor de los mundos posibles” y los jóvenes deben adaptarse a él pues “solo los más competentes” podrán aprovecharlo. Así, actualizarse implica someterse a las exigencias de los grandes mercados. Su dominio se apoya en estrategias que lo presentan como la ideología “más natural y avanzada”.

En cambio, los principios fundamentales de la libertad, la dignidad, la justicia, la democracia y la solidaridad parecen desvanecerse en la “liquidez” de nuestra época. ¿Qué papel le corresponde a la educación hoy? Leer críticamente el mundo y decir la propia palabra para transformarlo —como dijo Freire— es muy difícil cuando impera el discurso del mercado con sus ilusiones de prestigio, placer y diversión, que premia el egoísmo y la veleidad.

Promover el respeto por la naturaleza, el amor por la cultura y las ciencias no es fácil cuando la llamada “sociedad del conocimiento provoca el epistemicidio —el desdén por los conocimientos de comunidades no certificadas por los capitalistas— y el desgano por conocer, pues es más fácil comprar franquicias o maquilar que diseñar, emprender y producir.

Treinta años de neoliberalismo han mostrado que el “progreso global” ha agravado la concentración de la riqueza en pocas manos, despojando a las grandes mayorías del bienestar, devastando la naturaleza y provocando una guerra de todos contra todos. ¿Qué tipo de seres humanos resultarán de un contexto tan complejo? ¿Qué aprenden los menores de lo que experimentan en su derredor? ¿Cómo viven las desigualdades sociales, la violencia, la explotación y la corrupción de las autoridades?

En el país 60% de los menores sufre pobreza, maltrato y exclusión, y muchos son víctimas de la esclavitud, la delincuencia o la migración forzada; cada día 16 jóvenes de entre 12 y 24 años se suicidan por frustración o presiones sociales. Los zapatistas llaman al neoliberalismo “hidra capitalista”, el monstruo de siete cabezas que genera otra cuando una de ellas es cercenada. Metáforas que empujan a buscar opciones fuera del sistema.

En la lógica alternativa el conocimiento es patrimonio de la humanidad. El desafío de la educación popular alternativa es abrir el abanico de horizontes cuando los caminos se cierran. La mirada alternativa permite descubrir que en medio del drama actual hay miles de comunidades pariendo pequeños nuevos mundos y un sinfín de movimientos que buscan articularlos.

En el pueblo de la zona industrial queretana Carrillo Puerto está la Casa de la Vinculación Social de la Universidad Autónoma de Querétaro, un espacio de encuentro comunitario y formación popular alternativa que convoca a superar la codependencia del mercado y a construir otros modos de pensar la realidad y de actuar solidariamente; donde individuos y colectivos intercambian sus saberes con el lema “no estamos solos”.

Ese espacio frena y horada suave y decididamente la lógica mercantil dominante. Quien piense que lo pequeño es impotente desconoce la capacidad de las hormigas organizadas para derrumbar un edificio.

María del Carmen Vicencio Acevedo / Miembro de la Red y el Movimiento por una Educación Popular Alternativa

Consideraciones acerca del proyecto de educación alternativa

El capitalismo y el neoliberalismo que rigen al mundo y a México impactan en el sistema educativo nacional y en la manera en la que se organiza la educación. La globalización requiere que los gobiernos inviertan menos en educación, la tecnología aumenta la miseria de los trabajadores, las empresas invierten para manejar la información y promover el consumo de mercancías inútiles. Los regímenes neoliberales apuestan por la educación para manejar el futuro y garantizar la reproducción de formas de subordinación y control. El estado mexicano ha centralizado la educación por medio de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Las escuelas funcionan como filtros que depuran la mano de obra destinada al ejército de reserva; hay categorías de maestros determinadas por el servilismo hacia la autoridad; los maestros se separan cada vez más de la materia de trabajo y trabajan sin pensamiento crítico, y se forman alumnos obedientes en lugar de alumnos creativos.

En México hay inequidad educativa, falta de recursos, corrupción y retraso educativo causados por la política de la SEP, un proyecto deshumanizador en el que se asume que la falta de preparación de los maestros es la causa del fracaso escolar y que el problema se solucionará si los maestros se preparan.

Los maestros que no compartimos estas políticas hemos diseñado una Propuesta de Educación Alternativa (PAE) que implica luchar en el terreno educativo y enfrentar al aparato del estado. La PAE propone un rescate de métodos novedosos que vuelvan más eficiente el quehacer de los maestros; transformar la escuela es una salida ideal. Para esto proponemos una crítica total al sistema. Esto solo puede ser viable con el desarrollo de la democracia de base hacia el poder popular, en la que los maestros y el pueblo hagan valer su derecho a decidir sobre su trabajo y su vida. Se busca despojar a la educación de su sentido capitalista y eurocentrista.

Los dos ejes que guían esta propuesta son la dignidad–emancipación humana y democrática, y el poder popular. Reconocer a los profesores como personas, sujetos con derecho a autoevaluarse; a concebir lo profesional y lo político desde una perspectiva humanista de corte comunitario.

Las nuevas formas de resistencia involucran la construcción de nuevas relaciones entre los trabajadores y de estos con el poder; abandonar el individualismo y colectivizar las experiencias para construir propuestas avanzadas. Adoptar un esquema de resistencia que quiebre las líneas de poder centralizado y que se haga presente en los niveles más pequeños de la organización escolar y comunitaria. Reformular el poder y volverlo una práctica comunitaria que se oponga a las decisiones verticales de la SEP.

La construcción de nuevas relaciones en las escuelas implica un trabajo de crítica total al sistema, de cuestionamiento de la escuela como tal y de una transformación de raíz.

Es importante reconocer que en México existen realidades locales con necesidades específicas y que por esto hay una amplia variedad de formas de lucha y resistencia. Por ello es necesario construir una propuesta nacional y que al mismo tiempo dé solución a problemas locales. Es importante que el sistema permita que los maestros conviertan el espacio local en un nuevo territorio social, lo que ayudará a que la escuela deje de ser una institución del estado y se convierta en un nuevo espacio público en tránsito hacia una nueva forma de organización social, en la que esté permitido el construir del pueblo.

Sócrates Pérez / Profesor y activista social.