Editorial

La ardua posibilidad

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La cultura de paz apuesta por mirar los conflictos de una forma completamente diferente: sin ignorar las violencias, centrarse en los esfuerzos de reconciliación, perdón y solidaridad; reconstruir a los gobiernos y al estado desde una perspectiva incluyente, y establecer un orden social que ponga por delante a los derechos. Completamente diferente, por ejemplo, a la actualidad de México, un país que apostó por librar una “guerra contra el narcotráfico” y que condenó su sistema de justicia y su diálogo político a funcionar en torno a una abierta militarización de la vida cotidiana.

Desde que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura postuló la cultura de paz como uno de sus grandes objetivos, la conversación ha aparecido en múltiples foros como una alternativa real para cualquier sociedad en conflicto. Aunque echarla a andar supone esfuerzos muy demandantes, y aun depende de que todos los ámbitos de la vida social —incluyendo a los gobiernos, que la emplean como eslogan pero pocas veces como guía de sus planes— se involucren con ella.

En este número narramos algunas experiencias desde la perspectiva de paz, que parecen rendir primeros frutos, pero también incluimos algunas preguntas sobre el enorme reto que significa esta apuesta en la difícil situación del país. Historia tras historia y voz tras voz, la esperanza se asoma y convoca a quienes vivimos en México a considerarla como una auténtica posibilidad.

Iván González Vega

Académico del ITESO