Saberes y sabores para afrontar las crisis

José Rosario Marroquín Farrera, S.J./ académico del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO

 

Durante la Conferencia de los Océanos 2022 en Lisboa[1] hubo una presencia casi invisible de pescadoras y pescadores. Con su asistencia pusieron a la vista las afectaciones que las políticas climáticas y conservacionistas implican para las comunidades locales. Las leyes recientes sobre pesca, adoptadas globalmente para proteger los mares y las zonas costeras ponen en riesgo la pesca artesanal o dificultan la participación de las mujeres en la pesca. Al mismo tiempo favorecen a los grandes corporativos que forman parte de las redes comerciales globales de alimentación.

Las contradicciones evidenciadas durante esta Conferencia ponen también ante nuestros ojos otros hechos que dan cuenta de las diversas dimensiones de una crisis que podría imposibilitar nuestra supervivencia. Parte de esta crisis se originaría, si estamos de acuerdo con Ursula K. Le Guin, en la transformación antropológica que nos llevó de ser recolectores para tener héroes cazadores de grandes mamíferos.

La imposición de una forma de producir los alimentos y de consumirlos explica en parte las desigualdades y las enfermedades. Diversas voces afirman que las personas campesinas y pescadoras producen suficientes calorías para alimentar al mundo; sin embargo, el control ejercido por los corporativos alimenticios, responsables de altos impactos ambientales, ha dificultado el acceso democrático a los alimentos.

Frente a esto, otras voces nos proponen, para afrontar la crisis que nos aqueja, revalorar los saberes negados tanto como revalorar los sabores. Saberes y sabores pueden llevarnos a la sobrevivencia y al buen vivir.

[1] https://www.un.org/es/conferences/ocean2022