Eloísa Díez y Marie–Pia Rieublanc / integrantes de La Sandía Digital
Somos seres narrativos. Somos seres que contamos relatos. Damos sentido a nuestras vidas, al mundo en el que vivimos y a la relación con nuestro entorno a través de las historias que construimos sobre todo ello. Individual y colectivamente. Contamos para explicarnos, para tejer la memoria de nuestra historia, para nombrarnos, para compartir nuestros sueños, para caminar juntxs hacia ese horizonte. Los relatos nos constituyen y pueden cambiar nuestra percepción y relación con el mundo, las cosas y las personas.
Pero, ¿quiénes cuentan los relatos y quiénes no tienen espacio para contarse? ¿qué efectos tienen en otrxs estos relatos? ¿a quiénes benefician, qué posibilitan, qué restringen, qué silencian? ¿con qué narrativas se nombran las estructuras que permiten la desigualdad y el despojo? ¿con qué narrativas se nombran la vida y el territorio?
Al igual que las desigualdades que atraviesan todos los días nuestras realidades, en el territorio de la comunicación existe una batalla por las narrativas y los sentidos. No todas las voces ocupan el mismo espacio. Cuando un relato se impone para describir una realidad, todas las demás historias quedan en la sombra, ocultas, silenciadas, negadas.
Por eso en La Sandía Digital creemos que es tan importante contar nuestras historias, compartirlas, escribirlas, grabarlas, dibujarlas, llenar los espacios que habitamos con ellas. Con esta idea, en octubre de 2019 convocamos a un encuentro en Guelatao, Oaxaca, donde nos reunimos 40 mujeres defensoras de los territorios y comunicadoras provenientes de 16 estados de México.
En estas conversaciones nos descubrimos diversas, hablando diferentes lenguas y formando parte de distintas luchas, pero con un interés común: la protección y el cuidado de todas las formas de vida que habitan en nuestros territorios. Descubrimos que lo que amamos es narrarnos y tejernos, contándonos las realidades de los territorios que habitamos y nuestras experiencias como mujeres que cuidan los bienes comunes y los defienden ante el avance de megaproyectos extractivos y de infraestructura.
Así surgió la campaña Juntas logramos más, que reúne estos encuentros y voluntades con la intención de conectar a más mujeres que luchan por la vida en contra de las violencias extractivistas en el país, a través de los relatos, el arte y el autocuidado, para fortalecernos y revalorizar nuestro trabajo.
Juntas logramos más es un camino colectivo para tejer nuestras voces, para saber que no estamos solas en las luchas cotidianas, vislumbrando las miles de estrellas que existen dentro de este cielo muchas veces muy nublado.