Tiempos de diálogos de paz: doce pasos de AA y psicoterapia

Dos actores sobresalen en la instrumentación de estrategias para la atención de las personas con adicciones, se trata de los psicoterapeutas y los llamados “padrinos de aa”. Los primeros se sostienen en escuelas de pensamiento de la psicología y los segundos en su propia experiencia de sobriedad condensada en los “12 pasos de aa”. Actualmente no existen modelos puros cuando del tratamiento del problema de las adicciones se habla, ambos personajes y campos se influencian, se complementan y representan un aporte imprescindible desde su particularidad.

En muchas ocasiones nos encontramos ante esfuerzos aislados para atender la problemática, pero dada su complejidad tanto los psicoterapeutas como los “padrinos” necesitan sumar esfuerzos.

Los psicoterapeutas que atienden a personas que viven con alguna adicción deben comprender la vivencia de quien padece el problema y valorar la importancia de conjuntar su trabajo con los aportes que representan los grupos de autoayuda y centros de internamiento.

El grupo es un espacio de personas que comparten una adicción, que pretende un camino a la aceptación de esa condición para avanzar hacia la sobriedad, es una manera de reconstruir la identidad fragmentada y desarrollar un nuevo nivel de conciencia. En sí, es un recordatorio, un marco de referencia y por lo tanto una oferta para conformar un nuevo estilo de vida. El padrino de aa tiene como cualidad la disponibilidad de 24 horas para el acompañamiento a los “ahijados”.

Por su parte, el psicoterapeuta explora y ayuda a la persona a elaborar lo que le sucede en un marco de absoluta confidencialidad, favoreciendo con ello que logre cambios en la organización de su vida cotidiana, en las relaciones interpersonales y en el manejo de las emociones. La propuesta de aa se enriquece del trabajo que hace el psicoterapeuta al identificar, diagnosticar o derivar a la persona, pero sobre todo de los nuevos aportes teóricos del campo de la psicología y de las estrategias psicoterapéuticas.

Pueden surgir diferencias entre los psicoterapeutas y los padrinos de aa en la manera de ver las situaciones, pero la apuesta es que estas diferencias cuestionen a los involucrados y los lleven a plantear propuestas, ya que, a final de cuentas, es tiempo de encuentros, de sumar esfuerzos y de utilizar los desencuentros, cuando lleguen a presentarse, como alternativas de ayuda para las personas que viven con un problema de adicción.

 

Eugenia Catalina Casillas Arista / Coordinadora de la Maestría en Psicoterapia del iteso

Andrés Carlos Bringas Ramos / Director de la Clínica para el Tratamiento de las Adicciones y Conductas Autodestructivas “Ser Libre”