El pensamiento de Edgar Morin ha tenido influencia en múltiples áreas, y una de ellas ha sido la cuestión rural. En su libro La vía. Para el futuro de la humanidad, nos señala que la crisis rural actual nos lleva como ciudadanos a realizar una acción continua orientada a dos tareas: la revitalización del campo y la rehumanización de las ciudades, ambas indispensables para un buen vivir.
Ante la crisis rural y ambiental, ha sido necesaria la construcción de nuevas perspectivas científicas, y las ideas de Edgar Morin han tenido una gran relevancia en la formación de las ciencias de la sustentabilidad; donde se ubica la agroecología, que supone la ruptura de las etiquetas disciplinares y la utilización de la complejidad con la finalidad de capturar las interrelaciones entre los múltiples elementos que intervienen en la agricultura, considerada como la intercesión de sistemas naturales, sociales y económicos.
Es desde estas nociones enraizadas en el pensamiento de Morin donde es posible ubicar el trabajo que la Compañía de Jesús desarrolla en Chiapas. Esta experiencia se llama Yomol A—’tel, y significa soñar y trabajar juntos. En ella, desde una perspectiva de economía solidaria y desde el respeto a los usos y costumbres, participan 600 comunidades tzeltales que producen de forma agroecológica café, jabones y miel.
A lo largo del tiempo, las familias participantes han asumido la gestión de sus procesos productivos y de comercialización de sus productos ecológicos, cuidando sus entornos naturales, mejorando sus ingresos y sus niveles de vida, y fortaleciendo su autonomía, acciones que en su conjunto fortalecen los pasos de estas comunidades indígenas en su camino hacia la revitalización del campo avanzando así hacia el buen vivir.
Una información más detallada puede encontrarse en “La economía solidaria como cuidado de la casa común”, Clavigero núm. 3, 2017.
Jaime Morales Hernández / Académico del Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social