En México existen empresas maquiladoras con procesos productivos altamente globalizados que incurren en la violación sistemática de los derechos humanos laborales.
Por ello, en 1997, el Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL), proyecto originalmente de Fomento Cultural y Educativo, A.C., abrió sus oficinas en Guadalajara con la intención de proporcionar atención a los trabajadores de la industria maquiladora, principalmente del tipo electrónico. “En esa época lo que veíamos eran salarios cada vez más bajos y el poder adquisitivo cada vez más débil. Los sindicatos defendían al patrón, las empresas extranjeras imponían nuevas formas de trabajo, como la contratación temporal y negaban prestaciones básicas como las vacaciones”, dijo Jorge Barajas, encargado del área de Comunicación y Análisis de CEREAL.
Según Barajas, entre 70% y 80% de los trabajadores en las maquilas electrónicas son mujeres. De ellas, 70% son madres solteras o cabezas de familia y son regularmente subcontratadas, es decir, que cuentan con menos derechos que los que son directamente contratados. Los puestos más altos, como supervisores o gerentes son comúnmente hombres. “El acoso sexual es una violación muy recurrente. En 20 años que tenemos de existencia, hemos atendido alrededor de 25 casos, pero es muy difícil que una mujer denuncie una situación así, existen muchísimos más casos”.
Algunos de los servicios que ofrece CEREAL son asesoría legal gratuita, talleres, capacitación para el trabajo (cursos técnicos); además realizan investigaciones e informes sobre las condiciones laborales, impulsan redes de organizaciones defensoras de los derechos laborales en el plano mundial y mantienen diálogos de negociación directa con algunas empresas. “Nuestros tres principales retos son: 1) que los trabajadores pierdan el miedo de defender sus derechos; 2) que los sindicatos no defienden ni representan al trabajador, y 3) el salario, que es un problema nacional”, explicó Jorge Barajas.
Actualmente, esta organización trabaja con cerca de 30 empresas como Flextronics, IBM y Hewlett Packard, “normalmente las empresas nos buscan a nosotros por algún motivo, pero ya es una relación de muchos años con las mismas”, dijo Barajas. Gracias a la intervención de CEREAL las prácticas discriminatorias que afectaban a casi 90% de los trabajadores se redujeron hasta 30% y la tasa de accidentes, que era de 5%, ahora está por debajo de 1%.
A pesar de los retos y la dificultades por las que atraviesa CEREAL, su labor por la lucha de los derechos laborales es continua y son apoyados con donativos de personas y fundaciones.
Conoce más en http://www.cerealgdl.org
Graciela Larios / Periodista y comunicadora pública