Editorial

Si uno observa la información global sobre el cambio climático, es urgente modificar el modo en que usamos energía en la vida cotidiana. Si uno lee en las noticias las voces de los opositores a las denuncias sobre calentamiento global, lo más urgente es limitar a las grandes industrias generadoras de contaminación. Si uno observa el debate en torno a figuras como la joven activista sueca Greta Thunberg, todo es una conspiración de poderes políticos en disputa. Como sea, todos los datos disponibles señalan que el consumo de energía atribuible a las actividades humanas es el corazón de una transformación que se hará definitiva durante el siglo XXI, pero que aún es posible contener. Pensar entonces en migrar del consumo de energía producida con combustibles fósiles a otro basado en energías renovables se antoja del todo indiscutible.

Pero ni México ni el mundo están allí y parece faltar mucho. Pese a la sobreabundancia de alternativas en el país, las casas calientan el agua del baño con un bóiler que quema gas LP, los autos y camiones se mueven con gasolina y dísel, las industrias agrícola y ganadera se mueven quemando derivados del petróleo. La transición energética parece un asunto de la iniciativa privada, que presume, por ejemplo, que Jalisco es el noveno generador de energía solar en el país.[1] En realidad, el uso de energías renovables para generar electricidad no llega ni a la cuarta parte en México.

Este número de Clavigero pretende repasar algunos argumentos a favor de la transición rumbo a energías renovables en México. Académicos y datos oficiales ponen el énfasis en el enorme potencial del territorio nacional para la explotación de la luz solar, en la dificultad de traducirla a políticas públicas y en la facilidad con que, pese a sus precios actuales, se consolidaría el proceso de cambio en las casas de las familias mexicanas, en donde además luego reclamaría cambios de hábitos y de cultura en general. Pretende agrupar también algunos reclamos: en términos de acciones de gobierno, para dar facilidades para los ciudadanos que ya tienen capacidad de hacer el cambio, o a la academia, en relación con el amplio campo de trabajo que aún queda para aprovechar la riqueza del país.

El mensaje es claro: aunque habría sido deseable actuar antes, no es tarde y vale la pena apostar por un país que aproveche su envidiable lugar bajo el sol.

 

Iván González Vega

Coordinador de la Licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública del ITESO

 

 

[1] Romo, Patricia. Jalisco captará 3,000 millones de dólares en energías renovables. En El Economista, 7 de noviembre de 2019, p. 1. Disponible en: https://www.eleconomista.com.mx/estados/Jalisco-captara-3000-millones-de-dolares-en-energias-renovables-20191107-0125.html