La sustentabilidad es uno de los fenómenos más complejos que podamos concebir. En ella intervienen intrincados procesos (físicos, biológicos, químicos) que se han desarrollado durante la historia de nuestro planeta, sobre todo a partir de la evolución de la vida, desde hace 3,900 millones de años. En ese tiempo, la naturaleza ha producido aquello que llamamos sustentabilidad: una cualidad de los sistemas vivos, desde ecosistemas hasta la biosfera, que les permite trasformar y circular energía y materia (nutrientes) entre sus componentes para evolucionar indefinidamente.[1] El problema es que nuestra especie ha interferido con este extraordinario fenómeno, sobre todo a partir de la era industrial, de crecimiento económico y consumo masivo: contaminación, destrucción de ecosistemas, extinción de especies.
¿Por qué es importante que los humanos seamos capaces de comprender el fenómeno de la sustentabilidad? La respuesta es doble: 1) para evitar que con nuestras acciones sigamos dañando los ecosistemas (y nuestras propias sociedades); 2) para diseñar y poner en práctica alternativas que reparen el daño que hemos causado a nuestro planeta durante siglos. Pero para ello es necesario tener otra visión del mundo, no como nos la enseñan en la escuela o la universidad: fragmentada en saberes dispersos en disciplinas y materias separadas. Desde la década de 1970, Edgar Morin nos advertía que para enfrentar los problemas planetarios es necesario desarrollar otro tipo de pensamiento que religue esos saberes dispersos: el pensamiento complejo.[2] Se trata de una forma sistémica y orgánica de ver la realidad, en la que se diluyen las fronteras entre las ciencias naturales, las ciencias del hombre y las humanidades.
Morin comprendió la profundidad de la crisis ambiental de nuestros tiempos: “El problema ecológico no sólo nos concierne en nuestras relaciones con la naturaleza, sino también en nuestra relación con nosotros mismos”.[3] No puede haber alternativas y acciones a favor de la sustentabilidad si no realizamos paralelamente trasformaciones de carácter cultural, ético, político, económico y científico. Las contribuciones de Edgar Morin en el campo del conocimiento, la filosofía y la ética es inapreciable en estos momentos, cuando más necesitamos de una visión que nos ayude a superar el peligro de hacer de nuestro planeta un lugar inhabitable.
Arturo Guillaumín Tostado / Investigador en temas de complejidad, sustentabilidad y educación
[1] Guillaumín Tostado, A. (2015). “Sustentabilidad vs. Desarrollo” en Arturo Guillaumín Tostado (Ed.). Contra el Desarrollo. Xalapa: Universidad Veracruzana. Pp. 99–126.
[2] Morin, E. (1998). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa.
[3] Morin, E. y N. Hulot (2008). El año I de la era ecológica. Barcelona: Paidós Ibérica.