Según datos de la Procuraduría de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, existen 92 centros de asistencia social en Jalisco que albergan a un total de 5,087 menores de edad,[1] y las principales causas por las que llegan ahí son el abandono, la violencia y la pobreza, que derivan en un ingreso voluntario. Pero, ¿qué genera este cúmulo de vivencias en los niños, las niñas y los adolescentes?
Recuerdo aún con claridad la tarde en que Perla, una niña de escasos 10 años de edad, albergada junto con su hermano en una casa hogar de las que visitamos en aquel lejano 2008, temerosa en sus movimientos, con la mirada triste y cabizbaja se acercaba a mí para decirme: “Mi papá nos pegaba mucho”. A mis colegas mujeres las abrazaba y preguntaba: “¿Quieres ser mi mamá?” Es de verdad impactante escuchar este tipo de testimonios y más cuando la cifra de las historias por conocer tienes que multiplicarla por miles. Lamentablemente, en todas ellas existe un factor común: la vulnerabilidad y el nulo ejercicio de derechos de los niños, las niñas y los adolescentes.
Resulta complicado disociar términos como felicidad e infancia, pues en el imaginario colectivo casi siempre se da por hecho que son sinónimos: infancia igual a felicidad. Por ello, partiendo de los datos iniciales y la premisa de que todos merecen la oportunidad de tener sueños, jugar, divertirse, aprender y finalmente ser felices, nace Unión por los Niños,[2] con la firme convicción de facilitar procesos educativos en las casas hogar que potencien las capacidades y habilidades personales, creativas y de vivencia de valores que incrementen la felicidad de los niños, las niñas y los adolescentes. Asimismo, se busca acercar las metodologías de la psicología positiva[3] que les permita encontrar significado y propósito a partir de sus historias de vida, así como no solo superarlas sino fortalecerse de ellas, es decir, salir de ahí hechos mejores personas.
En Harvard, en una de sus clases más populares, Tal Ben–Shahar trataba el tema de la felicidad, que en palabras del psicólogo William James es la preocupación más importante de la vida. Cuánto más sentido cobra en estos casos en los que se ve vulnerada la dignidad de las personas. Sin duda es grande el reto y la deuda que tenemos como sociedad con los niños, las niñas y los adolescentes en la restitución de sus derechos, pero tenemos que explorar otros horizontes, recorrer nuevos caminos hacia la consolidación de una cultura de derechos humanos que garantice su pleno ejercicio, reconociendo a los niños, las niñas y los adolescentes como sujetos de derecho y garantizando en todo momento el acceso a su derecho a la felicidad, desarrollando en ellos y ellas las competencias que les permitan ser miembros que contribuyen positivamente en el desarrollo de su comunidad, dándole vida a la cita de Tal Ben–Shahar: “La felicidad es el significado y el propósito de la vida, todo el objetivo y el fin de la existencia humana”.
Jorge Ávila / Fundador de “Unión por los niños”
[1] Arenas, V. (2018). “Por ingreso voluntario, mayoría de niños en albergues”. El Informador, Guadalajara, 28 de enero. Disponible en: https://www.informador.mx/jalisco/Por-ingresovoluntario-mayoria-de-ninos-en-albergues-20180129-0089.html, consultado el 29 de enero de 2018.
[2] Véase http://unionporlosninos.org
[3] Instituto de Ciencias de la Felicidad–Universidad Tec Milenio. ¿De qué trata la psicología positiva? Conoce más en: http://cienciasdelafelicidad.mx/acerca-de/psicologia-positiva