Entrelazando modelos económicos alternos: Unión de Cooperativas Tosepan

En la región Sierra Nororiental de Puebla la Unión de Cooperativas Tosepan tiene presencia en 27 municipios del estado de Puebla y 7 municipios del estado de Veracruz. Con 38 mil familias afiliadas alcanza relación de manera indirecta con 33% de la población total de la sierra nororiental. Asimismo, debe destacarse que 72% de la población pertenece a los grupos originarios maseual (nahuat) y tutunaku (totonaco) y 64% de la población total de asociados lo representan las mujeres. Por ello resulta de mucha relevancia que hoy presida el Consejo de Administración una mujer.

Aldegundo González Álvarez, integrante de Tosepan y asesor de la Unión de Cooperativas, nos comparte acerca de la dinámica que se vive en las cooperativas.

¿Cómo han ido construyendo una comunidad alternativa?

Se dio en función de las necesidades que tenía la población en aquellos años [alrededor de 1977], concretamente con el precio tan alto del azúcar por parte de los intermediarios, así como los precios bajos que pagaban los coyotes [intermediarios]. De esta manera surge la primera experiencia organizativa para conseguir azúcar más barata, lo que permitió bajar su costo de 12.50 pesos a 2.50 para los asociados y posteriormente extender el beneficio al resto de la población.

Con estos antecedentes se inicia el trabajo cooperativo en 1977 y se abrieron las primeras tiendas cooperativas en las diferentes comunidades. La gente recuperó la confianza, se dio cuenta de que organizados sí podíamos conseguir lo que necesitábamos y en un año crecimos de cinco a 33 comunidades.

Con el tiempo y sin prisas fuimos creciendo y hoy somos una unión de nueve cooperativas y tres asociaciones civiles.1

Eran tantas las cooperativas que en 2007 decidimos formar una unión que, preservando la autonomía administrativa y la autosuficiencia financiera de cada una, fortaleciera el trabajo compartido del conjunto. Porque queremos que todas las cooperativas, incluso las de servicios sociales básicos, sean sostenibles mediante la combinación de subsidios gubernamentales, donaciones y recursos propios.2

¿Cuánto más puede crecer en términos de producción y comercialización?

Una de las particularidades de la Tosepan es que no tenemos un plan de crecimiento. Lo que se busca es que las familias mejoren sus condiciones de vida y también que lo que se produzca tenga armonía con el ambiente. Pero a partir de una estrategia de diversificación podemos obtener variedad de productos en cada época del año, priorizando la producción orgánica y los policultivos. Es así como decimos que en la Tosepan buscamos el Yeknemilis (Vida Buena).

¿Cómo la economía social ha dinamizado la zona?

Lo que hemos hecho es promover otra forma de economía, la cooperativa no busca el lucro sino el bien comunitario.

¿Cómo tejen confianza entre los diferentes actores?

A través de la asamblea de socios, se sesiona por lo menos una vez al mes. Esto nos permite que haya una continuidad en la toma de decisiones y de analizar información o contextos, priorizando la palabra con un diálogo constante.

¿Cómo construyen circuitos económicos solidarios?

Dentro de la Unión de Cooperativas hacemos diferentes alianzas desde la región, el país y en el extranjero.

Por ejemplo, en la cafetería Tosepan Kajfen (El café de todas y de todos). Esta cafetería es para darle salida al café de los productores orgánicos. Aquí mismo comercializamos los champús, las cremas que se elaboran en otras cooperativas y al mismo tiempo se proveen otras cooperativas como la de productores de abeja melipona. Así, un proyecto enlaza al otro y los beneficios se reparten.

¿Cuáles son los retos que afrontan?

En términos de la economía social, el reto no es fácil. Decirle a una persona que hay modos alternativos al capitalismo para construir otra economía que no sea agresiva y no dañe a unos para beneficiar a otros no es una tarea fácil. Todavía es común que caigamos en regateo a los productores o artesanos. Para producir un kilo de café, por ejemplo, o elaborar un bordado, no sólo se tejen la esperanza y el sueño, con ello se ofrece al consumidor parte de la vida, que muchas veces conlleva sobrevivencia. Quizá nos ayude como consumidores conocer las historias que hay detrás de esa preparación o manufactura de lo que consumimos.

Contacto:

Para más información visita la página oficial: http://tosepan.com/

NOTAS AL PIE

* Cobo, Rosario; Lorena Paredes y Armando Bartra. ¡Somos Tosepan! 40 años haciendo camino, Ciudad de México: Unión de Cooperativas Tosepan y Circo Maya, 2018, p.50.

** Ibidem, p.52.

  1. Véase la tabla de las cooperativas y asociaciones civiles que integran la Unión de Cooperativas Tosepan.
  2. Cobo, Rosario; Lorena Paredes y Armando Bartra. Op. cit, p.52.

 

DISEÑAR COMO TABLA

Cooperativas y asociaciones civiles que integran a la Unión de Cooperativas Tosepan

Cooperativa / asociación Creación Objetivo
• Tosepan Titataniske (Unidos venceremos) Fundada en 1977 Para mejorar la producción del café, la pimienta, la milpa, los traspatios, además de que mantiene un vivero para la renovación de cafetales
• Maseual Xicaualis (Fuerza indígena)

 

Creada en 1997 Para tener mejores precios mediante el acopio, la transformación y la comercialización del café, la pimienta y la miel
• Tosepantomin (Dinero de todos) Desde 1998 Da servicios de ahorro, préstamo, seguros de vida, cambio de remesas, pago de teléfono y energía eléctrica
• Yeknemilis (Vida Buena) Constituida en 2002 Asociación civil que ofrece servicios de asistencia técnica y capacitación a las otras cooperativas, y que desde 2011 también se encarga de operar el Centro de Formación.
• Kaltaixpetaniloyan (La casa donde se abre el espíritu)

 

Fue inaugurado en 2003 Es el Centro de Formación y corazón de nuestra organización, para educar y capacitar a los actuales y futuros cooperativistas
• Tosepan Kali (Nuestra casa) Creada en 2004 Ofrece servicios de ecoturismo, pero también de hospedaje a quienes venimos a reuniones, asambleas y capacitaciones
•  Tichanchiuaj (Juntos construimos nuestras casas) Creada en 2006 Originada en el Programa de Vivienda Sustentable y gracias a la cual se rehabilitan o construyen hogares dignos, acogedores y sustentables
• Tosepan Kalnemachtiloyan (La escuela de todos) Empezó en 2006 Es un proyecto educativo que hoy cuenta con preescolar, primaria, secundaria y una escuela de música de la que egresó la Banda Sinfónica Yeknemilis, de viento y percusiones
•  Tosepan Ojtatsentekitinij (Juntos Trabajamos el Bambú) Desde 2008 Se dedica a la producción, el tratamiento y la transformación del bambú
•  Tosepan Siuamej (Mujeres unidas) Constituida en 2009 Proyectos productivos de mujeres

 

•  Tosepan Pajti (Salud es vida para todos) Formada en 2009 Cooperativa para el cuidado de la salud
• Tosepan Limakxtux (Nuestro Universo) Fundada en 2012 Radio comunitaria, que se dedica a comunicar y difundir lo que hacemos, necesitamos y queremos
• Fundación Tosepan

 

Constituida en 2012 Asociación civil sin fines de lucro que recibe donativos de organizaciones sociales, instituciones privadas y públicas, fundaciones nacionales e internacionales y personas interesadas en apoyar los proyectos, en particular los de servicios básicos como educación y salud que tienen poca rentabilidad
• Tosepan Pisilnekmej (Abejas meliponas) Se constituyó en octubre de 2017 Para operar la producción y comercialización de miel

 

Fernanda Lattuada / Estudiante de la Licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública del ITESO.

Historias de sueños compartidos

Si se comparten, los sueños y los ideales tienen mayor posibilidad de que se cumplan. Uno de esos casos es la experiencia de un grupo de mujeres artesanas de Chiapas. Las conocí en 2011, visité su comunidad, un lugar lleno de vida, colorido e historia, no muy fácil de acceder, pero la belleza del camino nos hizo disfrutar a pesar de lo agreste del recorrido para llegar a su taller y pasar un rato muy agradable con ellas. Nos contaron historias, reímos y soñamos juntas.

Mujeres tzotziles que disfrutan hacer sus teleras con la gran delicadeza del artesano que sabe crear y traer al presente su historia en cada pieza que elaboran. Artesanas que tejen juntas para conservar y trasmitir a las nuevas generaciones sus tradiciones y costumbres, pero que sobre todo se reúnen para convivir y compartir sus saberes del telar de cintura y del bordado que plasman en cada uno de sus textiles maravillosos. Ellas, al igual que muchos otros artesanos, pequeños productores y promotores sociales, luchan para compartir y construir otras formas de trabajo a través de procesos de intercambio que recuperan las tradiciones y el principio básico de cuidado de las personas, la comunidad y el planeta. Esos son mercados alternativos, los cuales han sido y son el lugar de encuentro que las artesanas y otros productores necesitan para vender sus productos y seguir sus sueños. Espacios en los que también los consumidores pueden interactuar y aprender que hay otras maneras de comprar, consumir y desechar productos y servicios. Es un cambio de paradigma hacia un consumo responsable y solidario.

Los mercados alternativos responden a una necesidad imperante de un comercio justo y solidario que asegure la continuidad y la permanencia de culturas ancestrales, y del cuidado de tierra para la producción de alimentos y otros satisfactores que se producen bajo los principios de una producción amigable con el medio ambiente, libre de agroquímicos, y orgánica cuando se puede.

Hay muchos esfuerzos en México, Latinoamérica y en general en el mundo para promover los mercados alternativos, en los que aparecen los mercados campesinos de trueque y los tianguis, como lo menciona Alma Amalia González.1 En esta línea, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) apoyó el desarrollo de una guía para los mercados de productores,2 en la que los mercados alternativos de Jalisco son un referente a este esfuerzo de promotores sociales para convocar a los artesanos, productores y consumidores solidarios para ofrecer espacios de comercialización alternativos en los cuales se valora la compra directa y se reconoce el esfuerzo de todos.3

Es importante reconocer los siguientes factores que caracterizan a los mercados alternativos:

  • Los principales actores son artesanos, productores locales, comercializadores solidarios, entre otros.
  • Sus formas de producción son a menor escala, tradicional, amigables con el medio ambiente.
  • El espacio de intercambio es en mercados abiertos y colaborativos, donde se favorece el uso de la moneda alternativa y el trueque, entre otros.
  • Sus principios son la solidaridad, el cooperativismo, la confianza, el cuidado de la tierra y las culturas tradicionales y ancestrales, entre otros.
  • Las formas de organización son familiares o colectivos que incorporan el sistema de organización de cooperativa, finanzas éticas, la equidad de género4 y otros principios del comercio justo relacionados con la fijación de precios justo, el cuidado de las condiciones de trabajo y la inversión para el desarrollo de su comunidad.

Como consumidores solidarios y responsables vale la pena hacer el esfuerzo para comprar en los mercados alternativos para contribuir al desarrollo de una economía social y solidaria y una mejor sociedad para las artesanas de Chiapas, y para muchos otros. Aún tengo muy presente esa visita a las comunidades de Chiapas y especialmente una gran admiración a las mujeres de la cooperativa por todo sus logros y sus sueños realizados. Me quedo con un profundo agradecimiento por lo que me enseñaron. Los sueños se comparten y se hacen realidad a través de acciones concretas en favor del bien común.

Conoce más en:

Notas al pie:

  1. González, Alma Amalia. Mercados alternativos locales frente al sistema. En Líder. Vol. 19, año 13, 2011, pp 39–56.
  2. García, Mauricio, Jorge Liber y Silvana María Sosa. Guía para el desarrollo de mercados de productores. Proyecto “Creación de Cadenas Cortas Agroalimentarias en la Ciudad de México”. Ciudad de México: FAO, 2017. Disponible en: http://www.fao.org/3/a-i8096s.pdf
  3. González, Alma Amalia. Op. cit; Roldán, Héctor N., María Amalia Gracia y Mateo Mier y Terán. Los mercados locales alternativos en México y Colombia: resistencias y transformaciones en torno a procesos de certificación. En Cuadernos de Desarrollo Rural. Vol. 15, núm. 82, 2018. Disponible en: https://doi.org/10.11144/Javeriana.cdr15-82.mlam
  4. Roldán, Héctor N., María Amalia Gracia y Mateo Mier y Terán. Op. cit.

 

Patricia Pocovi Garzón / Académica del ITESO

Editorial

Editorial

Las luchas por el derecho humano al agua forman parte de la historia de los grupos más desfavorecidos en Latinoamérica. Las comunidades indígenas se enfrentan al deterioro y despojo de sus territorios, a la invisibilización y negación de sus formas de vida y relación con el agua. Su acceso a la justicia se ve obstaculizado por formas de conocimiento y lenguajes de expertos que responden a otros marcos de organización, que tienden a favorecer el despojo y la lógica extractivista. En ese contexto, la justicia alternativa se presenta como una opción para recibir la voz y el clamor de los “sin parte”. El Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA) es un tribunal ético–científico que se presenta como una respuesta ciudadana para ofrecer formas alternativas de visibilización y acceso a la justicia.

En este número de Clavigero recuperamos la experiencia de la audiencia del TLA realizada en el ITESO en octubre de 2018, que estuvo dedicada a las luchas por el agua en comunidades indígenas de Latinoamérica, con la recepción y presentación de ocho casos de diversas regiones. Un grupo interdisciplinario de académicos, estudiantes y voluntarios de la universidad preparamos uno de los casos presentados, en el que se ha identificado un severo problema de salud pública y contaminación del agua.

El artículo de Mario Edgar López Ramírez y Raúl García Barrios, complementado por la entrevista al presidente y fundador del TLA, Javier Bogantes, da cuenta de la trayectoria, los objetivos y la lógica del tribunal. Carlos Armando Peralta Varela expone en su texto el sentido de la audiencia en el marco del derecho humano al agua y el concepto del buen vivir en los pueblos indígenas. El artículo de Agustín Verduzco Espinosa refiere los desafíos para la justicia alternativa en relación con las disputas por el acceso al conocimiento. Por su parte, Ana Sofía Macías Ascanio destaca la relevancia de la interdisciplina y el papel de los estudios rigurosos orientados a mostrar la dimensión sociotécnica de los problemas. Susana Herrera Lima resalta la importancia de mostrar las voces de los habitantes de las comunidades, afectados en sus cuerpos y en sus formas de vida. Para la columna La Pisca reproducimos un fragmento de la encíclica Laudato Si’ del papa Francisco.

 

Susana Herrera Lima / Coordinadora del número

Agua vida vs. agua muerte: riesgos a la salud por contaminación del agua del Lago de Chapala

El agua es el compuesto químico más bello y complejo, del que depende gran parte de las interacciones terrestres. El poder de disolución del agua le permite combinarse químicamente con otros elementos, mantenerse en estado líquido y transportar un sinfín de compuestos a través de ríos, canales, corrientes, tuberías, pozos de extracción, atmósfera y lluvia hasta llegar a toda manifestación de vida para después seguir su rumbo. Estos compuestos químicos en gran medida nos han sido indispensables para mantener un buen estado de salud, sin embargo, en las últimas décadas nos hemos encargado de contaminar el ciclo del agua, incorporando en él aquellos compuestos que nos son ajenos y nocivos, que causan enfermedades y van marchitando todo a su paso, creando muerte. Así, el agua que generalmente nos representa la vida es también el agua que nos puede provocar la muerte.

El lago de Chapala es el cuerpo de agua más grande de México, se encuentra mayoritariamente en el estado de Jalisco y pertenece a la Región Hidrológica Administrativa (RHA) Lerma–Santiago–Pacífico. El río Lerma es el principal tributario del lago y uno de los más extensos del país; nace en el Estado de México y pasa por 25 ciudades industriales, las cuales realizan sus descargas de aguas residuales sin un tratamiento eficiente, vertiéndolas en el cauce hasta desembocar en Chapala.

Desde hace aproximadamente una década diversas poblaciones asentadas en la ribera del lago han manifestado problemas de salud pública como insuficiencia renal crónica, malformaciones congénitas y cáncer, entre otras. La peculiaridad que guarda este fenómeno radica en la proporción tan elevada de la población que se encuentra afectada. Según la percepción de los pobladores, la calidad del agua de sus fuentes locales, así como del propio lago de Chapala, guardan relación con el mal estado de salud de las personas. A pesar de que existe certeza de que el lago tiene un grado de contaminación se desconoce en gran medida cuáles son los riesgos a los que están expuestas las poblaciones y el ecosistema. Aun así, existen evidencias innegables de que algo está ocurriendo.

De acuerdo con el estudio realizado por el ITESO denominado “Reporte de análisis de datos de calidad del agua del lago de Chapala” —que fue parte de las probatorias del caso “Posible violación del derecho humano al agua, al saneamiento y a un medio ambiente sano, en la ribera de Chapala, Jalisco, México”, presentado ante el Tribunal Latinoamericano del Agua en octubre de 2018—, las mediciones realizadas a través de las estaciones de monitoreo de la calidad del agua ubicadas dentro del vaso lacustre indican que la concentración promedio de diversos compuestos representan un riesgo para la salud ya que se encuentran por encima de lo que establece la norma oficial mexicana para agua potable1 o las recomendaciones para agua potable de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por un lado, la concentración promedio de arsénico para todo el lago de Chapala se encuentra por encima del límite máximo establecido por la OMS. Sin embargo, se ubica por debajo del límite que establece la norma mexicana sobre agua potable. Esto quiere decir que para el gobierno mexicano no habría necesidad de remover el arsénico del agua antes de distribuirla a la población. Por otro lado, la concentración promedio de coliformes fecales se encuentra siete veces por encima de la concentración que deberían de tener las aguas residuales, lo que indica que las descargas realizadas tanto a Chapala como a sus afluentes no pasan por un tratamiento antes de ser depositadas en los cuerpos de agua.

Para determinar la calidad de los cuerpos de agua la Comisión Nacional del Agua utiliza ciertos indicadores, como la Demanda Química de Oxígeno (DQO), que mide la materia orgánica ocasionada por descargas de aguas residuales industriales y que clasifica desde “Excelente” hasta “Fuertemente contaminada”. Según la concentración promedio de DQO, el lago de Chapala se encuentra contaminado y las estaciones cuyas concentraciones promedio se encuentran más elevadas están cerca de la desembocadura del Lerma y de la población de Chapala.

A pesar de que las concentraciones promedio de cromo y mercurio no sobrepasan los límites permitidos, sí se tiene registro de que ambos metales están presentes en el lago.

La presencia de estos compuestos —y de otros— que son nocivos para la salud en el lago de Chapala vulneran tanto a las poblaciones ribereñas como a las que dependen de este cuerpo de agua, así como la ciudad de Guadalajara, pues al haber un desconocimiento generalizado sobre los efectos de la contaminación y una incapacidad institucional para abordar la problemática de salud pública las personas seguirán exponiéndose a un sinfín de combinaciones químicas que atentan contra la salud de manera tan contundente que las podría llevar a la muerte.

Nota al pie

  1. Norma Oficial Mexicana nom–127–ssa1–1994, “Salud ambiental, agua para uso y consumo humano–límites permisibles de calidad y tratamientos a que debe someterse el agua para su potabilización”.

ANA SOFÍA MACÍAS ASCANIO / Estudiante de la Maestría en Desarrollo Local y Territorio de la Universidad de Guadalajara, especialista en temas de calidad del agua.

El Tribunal y el buen vivir

El concepto del buen vivir1 se origina en comunidades indígenas y da cuenta de una forma de pensar y actuar, en armonía y con respeto entre la naturaleza y las comunidades humanas. El buen vivir en la práctica ofrece una visión crítica en relación con las formas de desarrollo vigentes, porque propone una íntima y positiva relación de las personas con la naturaleza y su territorio. Rechaza el tipo de desarrollo extractivista que atenta contra la naturaleza, la sustentabilidad, y que despoja a las comunidades de los bienes naturales necesarios para alcanzar una adecuada calidad de vida.

La audiencia 2018 del Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA) se dedicó a atender casos relacionados con comunidades indígenas. Durante esa audiencia el presidente del tribunal, Javier Bogantes, propuso en su discurso inaugural algunas de las razones por las que los pueblos indígenas deben ser apoyados en su lucha por la justicia hídrica:

 

  • El pensamiento y la filosofía de las comunidades indígenas son fuente de inspiración para enmendar la crisis civilizatoria en torno a territorios y agua.
  • Por su riqueza, las regiones habitadas por comunidades indígenas son asediadas, aunque se tengan acuerdos nacionales o internacionales para su protección.
  • Las comunidades indígenas cuidan sus territorios, el agua y los bosques porque forman parte integral de su vida y de su equilibrio.
  • En relación con las comunidades indígenas no se debe prescindir de la participación, de la consulta y su consentimiento.

 

En América Latina padecemos una crisis de legalidad en relación con temas y asuntos medioambientales, porque si bien existen leyes y normas los gobiernos no siempre tienen recursos o voluntad para que se cumplan y, por otro lado, algunas leyes fueron específicamente hechas para potenciar el extractivismo.

Los ocho casos presentados ante el TLA dieron cuenta de graves situaciones de contaminación en cuerpos de agua, exhibieron fórmulas de despojos o mecanismos de extractivismo fuera de control, mostraron políticas públicas erróneas que posibilitaron la afectación de derechos, daño de la biodiversidad o perjuicios irreversibles en la vida sociocultural de las comunidades indígenas. Los casos están enumerados en la contraportada de este número.

Las comunidades indígenas deben ser reconocidas como actores relevantes en la lucha por la adecuada conservación de recursos. Por ello, para el TLA es importante actuar e impulsar la justicia hídrica en sus territorios.

 

Notas al pie

  1. Sobre el buen vivir se han escrito ya diferentes textos; uno en el que se explicita la relación del concepto con la cultura indígena es: Marañón, B. Buen vivir y descolonialidad. Crítica al desarrollo y la racionalidad instrumentales. Ciudad de México: UNAM, 2014.

CARLOS ARMANDO PERALTA VARELA / Académico del ITESO, especialista en temas de derechos humanos.

Javier Bogantes Díaz. La justicia ambiental alternativa, un sueño hecho realidad

Javier Bogantes es el fundador y presidente del Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA). Esta entrevista se realizó con ocasión de su visita en 2017 para preparar la audiencia de 2018.

¿Qué es el TLA?

Es un tribunal alternativo de justicia ambiental que parte de un problema, que nosotros consideramos que se relaciona con una crisis de legalidad que se da en toda América Latina. Esta crisis de legalidad consiste en que tenemos una cantidad importante de normativas, constituciones, reglamentos administrativos, pero que en realidad no se están cumpliendo. Lo que viene a causar tensiones y conflictos en el tema socioambiental y el hídrico principalmente, y el tribunal funciona como una instancia de justicia alternativa cuando la justicia o las normativas no se cumplen.

Esto es un trabajo que se viene realizando ya durante 17 años, se han realizado aproximadamente diez audiencias en América Latina en diferentes países como Argentina Brasil, Perú, Centroamérica y también en México. En estas audiencias hay un jurado, que de alguna forma emite veredictos buscando la solución y también a veces la condena a los problemas de injusticias socioambientales y de problemáticas hídricas que se han dado en toda la región.

 

¿Por qué se crea este tribunal?

Vinimos descubriendo a través de procesos de investigación que era importante crear una instancia que pudiera atender estos casos en los cuales se daban diferentes formas de ilegalidad, en el sentido de que muchas de las situaciones que se atendían al principio venían siendo violatorias de los derechos humanos y el derecho al agua, el derecho de acceso al agua y la gestión hídrica. Así se funda —yo soy fundador del TLA—, con un grupo a nivel de América Latina empezamos a constituir diferentes procesos y diferentes instancias para impulsar este trabajo.

 

¿Qué casos destacan de los que han intervenido?

Casi todos los casos son emblemáticos, pero hay numerosos que tienen que ver con lo que nosotros llamamos las estrategias erróneas. Esto viene a ser el cómo los gobiernos de América Latina en general, sin importar su posición política o su ideología política, vienen a emprender y permitir diversos emprendimientos empresariales que causan graves problemas ambientales.

Son temas recurrentes, por ejemplo, las represas y otros proyectos de gran escala con los pueblos indígenas, por lo que hay que poner atención a cómo los gobiernos en América Latina y las grandes trasnacionales que tienen intereses en hidroeléctricas, en petróleo, en minería están entrando en los territorios indígenas, poniendo en peligro la vida de estas personas, las culturas y también la biodiversidad que han protegido durante siglos.

Esto es muy importante analizarlo en varias perspectivas. Entre ellas decir cómo una estrategia errónea puede afectar la economía de la población; también está la naturaleza y la biodiversidad con la que coexisten los pueblos. Es de nuestro interés exponer cómo solamente por estas diversas políticas, que se planean a muy corto plazo, se están explotando los recursos para provocar daños que son irreversibles.

 

¿Por qué es necesario que exista un tribunal de este tipo en América Latina?

Además del aspecto de crisis de legalidad que ya mencioné, es importante exponer cómo a pesar del reconocimiento de normativas a nivel internacional, nacional e incluso constituciones políticas que protegen el derecho a la vida y el derecho al agua, estas no se cumplen al entrar en un laberinto de intereses entre empresas y gobiernos. Lo que esto provoca es que millones de personas queden en condiciones de indefensión en lo que respecta a sus derechos socioambientales, sus derechos humanos. Hablando del agua, en América Latina, este tema permite ver cómo se están dando estas tensiones y arbitrariedades en diferentes niveles, esto a través de la implementación de proyectos extractivos que se efectúan sin consulta a las poblaciones afectando sus derechos. La problemática se extiende al considerar que casi todos estos proyectos se realizan legalmente, pero tenemos que diferenciar, creo que es muy importante, lo que es la legalidad de la legitimidad, porque hay leyes que son ilegítimas. ¿Y cuando lo son? Cuando están afectando al pueblo, sus necesidades, sus derechos humanos. El tla se encarga de denunciar esta ilegitimidad.  En este sentido, muchas veces las mismas comunidades no tienen voz, se busca que en los foros y audiencias que organizamos la gente se exprese, pues las autoridades y los medios de comunicación se han ido cerrando cada vez más. Por eso el tribunal se define no solo por el componente legal o el científico–técnico, sino sobre todo por el aspecto ético.

SUSANA HERRERA LIMA / Académica del ITESO.

HERNÁN MUÑOZ ACOSTA / Académico de asignatura del ITESO.

¿El conocimiento de quien cuenta? Justicia alternativa y conocimiento sociotécnico

En los conflictos socioambientales se plantean interrogantes sobre cuestiones como la calidad de vida, la salud, la peligrosidad de sustancias contaminantes y sus niveles máximos permisibles o el impacto de ciertas actividades humanas, que tratan de ser respondidas desde el conocimiento científico disponible en las diferentes disciplinas a través de expertos autorizados, para preservar y proteger el ambiente, prevenir riesgos, estimar el daño ambiental causado o proponer opciones técnicas de mitigación o solución.

En los conflictos socioambientales se construyen nuevos conocimientos para abordar la problemática de las causas del deterioro del medio ambiente, los cuales, a su vez, pueden ser presentados como medios de prueba científico–técnicas en el proceso judicial para la comprobación de las violaciones a los derechos humanos y para la estimación del daño ante los tribunales. En el Caso Chapala vs. México ante el Tribunal Latinoamericano del Agua los demandantes ofrecieron como prueba científico–técnica el “Reporte de análisis de datos de calidad del agua del Lago de Chapala”. Diseñado a partir de una sistematización matemática de los datos y fundamentado en conocimientos de ingeniería ambiental, el modelo significó una nueva forma de conocimiento experto, entablando así una controversia sociotécnica en relación con la contaminación del lago.

Uno de los efectos del conocimiento sociotécnico en los afectados es que las referencias en sus reclamos se dan en términos científicos o técnicos, como “ordenamiento ambiental del territorio”, la “gestión integrada de los residuos”, la “protección de los humedales”, la “gestión integrada del agua” o “el derecho al ambiente sano” que devienen de una construcción de saberes que es el resultado de las investigaciones de los actores, lo que aunado al discurso de los derechos humanos dota a los integrantes del movimiento de nuevas formas de representación y agencia.

En las situaciones de conflicto socioambiental, además de la disputa por recursos naturales y simbólicos se añade la disputa “entre expertos” en la que se pone en cuestión la palabra autorizada de ciertos consultores o promotores de proyectos. El conocimiento sociotécnico pone en evidencia, dentro y fuera del proceso, la lucha por la autoridad científica, ya que no solo se trata de la construcción de saberes contra expertos sino también de una disputa entre expertos (como es el caso de estudio) que ponen en cuestión la palabra autorizada. También desempeña un papel relevante en los conflictos socioambientales para la solución y tratamiento de la cuestión ambiental y de derechos humanos. Sin embargo, al ser objeto de la disputa, genera desigualdades en las partes involucradas, donde por lo general domina el conocimiento experto monopolizado por los investigadores autorizados y reconocidos como tales por las autoridades científicas y estatales.

Como lectura complementaria se recomienda: Merlinsky, G. Política, derechos y justicia ambiental. El conflicto del Riachuelo. Buenos Aires: FCE, 2013.

 

AGUSTÍN VERDUZCO ESPONISA / Académico del ITESO, especialista derechos humanos

Ciencia a sorbos. Hay que apostarle a lo invisible.

Maya Viesca Lobatón / académica del Centro de Promoción Cultural y coordinadora del Café Scientifique del iteso

En 2016 el portal Afrobarometer indicaba que solo 63% de la población de África tenía acceso a agua corriente, mientras que 93% tenía acceso a un teléfono celular. En México la asociación civil Consejo Consultivo del Agua indica que aún 10% de la población, esto es, más de 12 millones de habitantes, no cuenta con agua potable y según el Grupo de Recursos del Agua más de 35 millones tienen un acceso escaso.

La mayor parte de los tomadores de decisiones, la población que usa más agua, cuenta con el servicio —hasta ahora—, pero muchos organismos prevén que si no se hacen cambios sustanciales para 2030, esto es en 10 años, alrededor de 40% de la población mundial tendrá que enfrentar una situación de déficit.

¿Qué hacer ante este panorama? A decir de Javier Clausen, investigador del iteso, entre otras cosas hay que apostarle a lo invisible. Un 30% del agua potable se encuentra en el subsuelo, del resto, casi 69%, está contenido en el hielo y nieves–glaciares de las montañas y solo 1% se encuentra en los ríos y lagos. Así, la mayor reserva disponible se encuentra en las cuencas hidrológicas subterráneas que se han formado a lo largo de miles de años a partir de la filtración de agua de lluvia, de deshielo y de los lechos de ríos y lagunas.

Pero esta apuesta futura no consiste en el uso de estos bancos de agua, eso ya se hace y de manera muy irresponsable, sino en su adecuada gestión, una gestión que compete de manera indispensable a actores académicos, como centros de gestión del conocimiento; a gobiernos, en su calidad de generadores de marcos normativos, legislativos y operativos; a la industria, en su calidad de usuarios, y por supuesto a la sociedad, tanto organizada como independiente, que requiere consumir responsablemente y exigir el cuidado de su patrimonio.

Menciono tres aspectos que resultan críticos en nuestro país y que pueden dar una idea de por dónde hay que trabajar para cuidar el patrimonio acuífero: uno, la correcta legislación y aplicación de la ley para regular la extracción de agua a través de pozos, lo que implica entre otras cosas tecnificar los pozos para monitorear calidad y cantidad de agua y por supuesto vigilar el cumplimiento de la ley; dos, desarrollar la investigación científica aplicada a la agricultura para un mejor aprovechamiento del agua —67% del agua potable se usa en la agricultura— lo que necesariamente implica inversión en ciencia, y tres, la coordinación entre los diversos actores, entre los que los ciudadanos tenemos un papel fundamental en la conservación y en la demanda política de la garantía del acceso, pero sobre todo en la coordinación interinstitucional.

Si se ha logrado que la mayor parte de los habitantes del mundo tengan acceso a la telefonía celular, y para ello ha habido inversión tecnológica y gobernanza, con mayor razón habrá que hacerlo con el cuidado y el acceso agua.

Escucha algunas sesiones del Café Scientifique que se relacionan con el tema del agua:

Otras ligas de interés: