Editorial

Consecuencias de lo que ponemos en nuestro plato

El crecimiento acelerado de la población mundial ha traído como consecuencia el desarrollo de sistemas productivos extensivos para la producción masiva de alimentos a bajo costo. Esta producción desenfrenada de alimentos ha llevado a que la relación entre la oferta y la demanda no sea equitativa. Es decir, se produce una mayor cantidad de alimentos de la que se consume; aproximadamente se desecha 40% de la producción total y al mismo tiempo se estima que 690 millones de personas en el mundo están en condiciones de hambruna. Así, tenemos una producción excesiva de alimentos, pero con un acceso restringido, lo cual a simple vista no solamente resulta ilógico, sino que deriva en una falta de ética al tener sistemas productivos alimentarios poco sustentables que profundizan la desigualdad social.

La alta tecnificación de los sistemas productivos ha provocado que los alimentos sean enriquecidos artificialmente, promoviendo dietas poco nutritivas y causando serios problemas de salud. En México 14% de la población infantil sufre de desnutrición, mientras que 30% está en la categoría de obesidad, contribuyendo a profundizar la brecha de desigualdad.

Aunado a esto, los sistemas masivos de producción de alimentos son uno de los principales catalizadores de pandemias, como la de covid–19. Por ello resulta muy importante cuidar lo que ponemos en nuestro plato cotidianamente. En este número 25 de Clavigero se exponen algunos retos e iniciativas que se han generado en torno a esta compleja problemática que nos envuelve a todos.

Ana Paola Aldrete González
y Marinés de la Peña Domene

Académicas de ITESO