Otros nosotros son urgentes

Las ciudades son un invento milenario de mujeres y hombres, son epicentros del capital y de la creatividad de las personas; en sus múltiples espacios se juegan dinámicas de poder, económicas, sociales y culturales, pero, sobre todas las cosas, sus espacios se diseñan para ser ocupados / vividos / habitados colectivamente. Es en los espacios de la ciudad donde se puede visualizar un sinnúmero de relaciones entre las personas y en ellas también se reflejan injusticias, pobreza, desigualdades y muchos tipos de violencias. Como una vez dijo la científica social británica Doreen Massey: “En la actualidad conceptualizamos el ‘espacio’ como producto de relaciones, una complejidad de redes, vínculos, prácticas, intercambios tanto a nivel muy íntimo (el hogar) como a nivel global”.[1]

No es entonces ajeno ni extraño que las ciudades sean el mejor escenario, el contexto perfecto para los estragos de una pandemia. Las pandemias son antiurbanas y van en contra de nuestro deseo humano de conexión, de cercanía, de contacto. Este coronavirus socava nuestras ideas más básicas sobre la comunidad y, en particular, la vida urbana. Si de algo ha servido la pandemia es para poner de manifiesto y en crisis el discurso moderno sobre los supuestos espacios de equidad e igualdad, y también términos como qué es la violencia y de cuántas maneras se manifiesta. Si antes muchas de estas realidades nos parecían invisibles o normalizadas, la pandemia las ha revelado y hecho más crueles.

Sin embargo, no estamos mirando el problema de fondo que es el cambio climático que en gran medida genera el modelo económico actual y su impacto en la vida, y por lo tanto en las ciudades. La pandemia es tan solo un pequeño destello de esta situación. En medio de esta crisis sanitaria que detiene la economía y las relaciones sociales tenemos una de proporciones mayores, que es el cambio climático. Ambas comparten mucho más que el mismo origen —la actuación humana en un sistema económico globalizado—, por lo que requieren ser abordadas a partir de su concurrencia. Podríamos deducir entonces que este primer cuarto del siglo xxi es uno de crisis en los modelos de desarrollo en las ciudades; esta crisis afecta todo el espacio, sea urbano o rural. Si la ciudad era el escenario triunfante del capitalismo hegemónico, de la globalización y del libre comercio cuando la vieja normalidad regía sin grandes contratiempos nuestras vidas, ahora entra en interrogantes serias.

Humberto Beck menciona en una entrevista que “todavía nuestra conciencia no alcanza a registrar y comprender frente a qué riesgo nos encontramos como especie todos, y sobre todo los más jóvenes”.[2]

 

 

[1] Massey, Doreen. World City. uk Polity Press, Londres, 2007.

[2] [Seppap Colmex]. Pregunta Episodio 2 – El Cambio Climático: Implicaciones y Perspectivas Dr. Humberto Beck, 26 de septiembre de 2020. Disponible en: https://youtu.be/cP-SEc_ydUs